Para amar y hacer amar, tenemos que tener una vida de oración,
una
relación con el” Amor.”
Un tiempo desentendida de todas las demás ocupaciones,
recogerse con Dios a solas; estar atenta mirándole, conversando, tratando,
todas sus cosas, pidiéndole; estar atenta a Dios.
En silencio, escuchándole,
dándose cuenta de que está con El, de que Dios está con ella, dentro
de ella, o envolviéndola, y está con amor; o se mira con Jesús y junto a Jesús;
O está discurriendo o pensando sobre las verdades u
obras de Dios.
( S: Teresa de Jesús)