Hablábamos del aborto, y de que necesitamos más ejemplos de vida estimulantes para nuestro seguimiento cristiano. Hoy voy a unir estos dos temas en una persona…
Pocos hemos conocido la apasionante historia del Rey Balduino I de Bélgica. Grave “pecado”, sobre todo si tenemos en cuenta que fue un rey profundamente vinculado a nuestro país, con una vida apasionante y una coherencia cristiana que hacen de él uno de los personajes más señeros del siglo pasado.
Voy a esbozar una breve biografía: Balduino nace en 1930. Sólo 5 años después queda huérfano de madre y primero en el orden de sucesión de su país por detrás de su padre Leopoldo III.
En 1940 Bélgica es invadida por el ejército nazi y toda su familia recluida al castillo de Ciergnon. Allí, su padre y él se niegan a firmar la carta impuesta por el Reich a la monarquía Belga. Ya tenemos las dos claves principales de la vida del monarca: La preocupación por el más allá y la coherencia de vida.
En 1950 la realeza vuelve a Bélgica tras aprobarse en referéndum con un 57% de respaldo. Un año después Leopoldo III abdica y deja el reinado en manos de un joven Balduino que contaba con 21 años.
Es entonces cuando Bélgica conoce sus mejores años de prosperidad: Se unifican las provincias separatistas, se concede la independencia al Congo e internacionalmente Bélgica se convierte en la referencia de Europa y Bruselas en el motor de la Unión Europea que hoy disfrutamos.
En 1960 contrae matrimonio con la española Fabiola de Mora y Aragón, aunque en 1966 se sabe que no pueden concebir hijos.
En 1990, renuncia a la soberanía de su país al negarse a firmar el decreto sobre el aborto aprobado en el Parlamento Belga.
Muere en su residencia de Motril (Granada) tres años después, siendo admirado por media Europa y odiado por la otra media que envidiaba su coherencia de vida.
Todas las dificultades de su vida (hemos esbozado algunas: orfandad materna, exilio, esterilidad, problemas de gobierno…) las resuelve desde la oración.
Frecuentemente decía “Voy a tomar...El Sol de Dios...”, y todos sus colaboradores resaltan en sus biografías las largas horas que el rey pasaba orando delante del Santísimo Sacramento.
Anteponía su seguimiento a Cristo a sus demás obligaciones, y ha pasado a la historia como un referente moral para todos aquellos que prefieren seguir los dictados de su conciencia antes que seguir instalados en la poltrona. ¿Cuántos en nuestra sociedad hacen exactamente lo contrario, renunciar a su conciencia para convertirse en unos trepas sin escrúpulos…?
Ojala aprendamos de él la oración como fuente de vida, y la vida como expresión de la fe…necesitamos más personas tan cristianas y tan valientes como este rey que sabía que sólo hay un Rey…
Unas de sus oraciones era…Gracias Señor… no has querido que tuviésemos hijos, para que espiritualmente todos los niños del mundo fuesen nuestros hijos…( El adoraba a los niños)
El proceso de Beatificación, ha comenzado.
¡ALABADO SEA JESUCRISTO!