mensajera del Sagrado Corazón de Jesús.
“He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombre y que no ha ahorrado nada hasta el extremo de agotarse y consumirse para testimoniarles su amor. Y, en compensación, solo recibe, de la mayoría de ellos, ingratitudes por medio de sus irreverencias y sacrilegios, así como por las frialdades y menosprecios que tienen para conmigo en este Sacramento de amor. Pero lo que más me duele es que se porten así los corazones que se me han consagrado”.
“He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombre y que no ha ahorrado nada hasta el extremo de agotarse y consumirse para testimoniarles su amor. Y, en compensación, solo recibe, de la mayoría de ellos, ingratitudes por medio de sus irreverencias y sacrilegios, así como por las frialdades y menosprecios que tienen para conmigo en este Sacramento de amor. Pero lo que más me duele es que se porten así los corazones que se me han consagrado”.
Jesús pide entonces instaurar una fiesta para su SagradoCorazón, algo que extendió Pío IX por toda la Iglesia católica, en 1856. Esta festividad tiene por objetivo reparar las ofensas cometidas contra la santa Eucaristía y el Sagrado Corazón.
Sagrado Corazón de Jesús,
que en el Divino Sacramento de la Eucaristía
estás vivo e inflamado de Amor por nosotros,
aquí nos tienes en Tu Presencia,
pidiéndote perdón de nuestras culpas e
implorando Tu Misericordia.
Nos pesa, ¡oh, buen Jesús! el haberte ofendido.
Tu eres tan bueno que no mereces esa ingratitud.
concédenos luz y gracia para meditar Tus
Virtudes y formar según ellas, nuestro humilde corazón.
estás vivo e inflamado de Amor por nosotros,
aquí nos tienes en Tu Presencia,
pidiéndote perdón de nuestras culpas e
implorando Tu Misericordia.
Nos pesa, ¡oh, buen Jesús! el haberte ofendido.
Tu eres tan bueno que no mereces esa ingratitud.
concédenos luz y gracia para meditar Tus
Virtudes y formar según ellas, nuestro humilde corazón.