Abrir el
año con la solemnidad de la Maternidad divina de María es el mejor
principio como es también el mejor colofón.
Si durante el
tiempo de adviento se nos presentaba María como modelo de la Iglesia que espera
con la lámpara encendida que venga el Salvador. Ahora en este tiempo de
Navidad, María es el modelo en la contemplación del misterio de la encarnación.
¡Es tan grande
lo que contemplamos!, ¡Dios que se hace hombre!, ¡son tantas las cosas que
podemos descubrir rezando delante del pesebre!, que necesitamos la ayuda de
alguien, la guía de alguien. Y María es esta ayuda, es esta guía.
María, desde
su sencillez, desde su pequeñez, desde su humildad, contempla el misterio con
una mirada profunda que se introduce en el misterio. Nosotros sencillos y
pequeños como los pastores nos dejamos ayudar por María a descubrir lo que Dios
nos quiere hacer ver y esto nos va haciendo crecer.
Siempre es el
mismo dinamismo: contemplamos, recibimos la luz, la gracia de Dios, y cambiamos
de vida. Y así vamos creciendo en vida cristiana. Fijaos que todo empieza en el
silencio de la plegaria.
Hay una cosa
que la hemos de poner nosotros que María no puede poner: EL SILENCIO…
Amigos :
adelanto esta publicación, porque voy a estar
fuera
Unos días. ¡¡
Feliz año 2015…!!.QUE SEA MUY SANTO
PARA TODOS
NOSOTROS, QUE SEGUIMOS A JESUCRISTO.
Permanecemos unidos en la oración. Dios les bendiga.