Cantar, Madre, quisiera
Por qué
te amo.
Por qué
tu dulce nombre
Me hace
saltar de gozo el corazón…
Yo
escucharé muy pronto esa dulce armonía,
Iré muy
pronto a verte en, el hermoso cielo.
Tú que
viniste a sonreírme, Madre,
En la
suave mañana de mi vida,
Ven otra
vez a sonreírme ahora...,
Pues ha
llegado ya de mi vida la tarde.
No temo
el resplandor de tu gloria suprema
He sufrido
contigo,
Y ahora
quiero
Cantar en
tus rodillas, Virgen, por qué te amo
¡Y repetir
por siempre y para siempre
Que yo
soy hija tuya...!