sábado, 25 de enero de 2014

LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO




 Si derribado caíste,

Fue para elevarte más.

De hoy por siempre seguirás

Al Cristo que perseguiste.

Ruega por mí, ciego y triste,

Que Saulo de errores fui.

Si en el pecado me hundí,

Pueda seguirte en tu vuelo.

Desde el fulgor de tu Cielo,

San Pablo, ruega por mí.


La conversión es cambio de vida fruto de un encuentro con Jesucristo que nos lleva a ver la vida centrada en El y ordenada en la moral.
 La conversión es una gracia de Dios otorgada por los méritos de la redención de Cristo que murió en la cruz para reconciliarnos con el Padre. La conversión es esencial para ser discípulos de Cristo y salvarnos.
Ya que todos somos pecadores, todos necesitamos continua conversión. Cada día es un regalo que el Señor nos ofrece, vivámoslo con intensidad.

     ¡ALABADO SEA JESUCRISTO!


miércoles, 8 de enero de 2014

LA CIENCIA DE LA CRUZ




No se puede adquirir la ciencia de la cruz
Más que sufriendo verdaderamente el peso
De la cruz. Desde el primer instante he
Tenido la convicción intima de ello y me he
Dicho desde el fondo de mi corazón:

Salve, oh Cruz, mi única Esperanza.


(Edith Stein)


miércoles, 1 de enero de 2014

SANTA MARÍA MADRE DE DIOS



 Abrir el año con la solemnidad de la Maternidad divina de María es el mejor principio como es también el mejor colofón. 
                                                                           
Si durante el tiempo de adviento se nos presentaba María como modelo de la Iglesia que espera con la lámpara encendida que venga el Salvador. Ahora en este tiempo de Navidad, María es el modelo en la contemplación del misterio de la encarnación.

¡Es tan grande lo que contemplamos!, ¡Dios que se hace hombre!, ¡son tantas las cosas que podemos descubrir rezando delante del pesebre!, que necesitamos la ayuda de alguien, la guía de alguien. Y María es esta ayuda, es esta guía.

María, desde su sencillez, desde su pequeñez, desde su humildad, contempla el misterio con una mirada profunda que se introduce en el misterio. Nosotros sencillos y pequeños como los pastores nos dejamos ayudar por María a descubrir lo que Dios nos quiere hacer ver y esto nos va haciendo crecer.

Siempre es el mismo dinamismo: contemplamos, recibimos la luz, la gracia de Dios, y cambiamos de vida. Y así vamos creciendo en vida cristiana. Fijaos que todo empieza en el silencio de la plegaria.

Hay una cosa que la hemos de poner nosotros que María no puede poner: el silencio.



Vivamos el Silencio de María…

¡Feliz y Santo año!
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