“La acción de la Virgen
consiste en estar en silencio y escuchar.
Esa es su condición, su voz, su vida. Su vida es una vida de silencio que adora a la Palabra eterna.
Ella veía delante de sus ojos, en su seno, en sus brazos, esa misma Palabra, la Palabra sustancial al Padre…
Se quedaba callada, reducida al silencio durante la infancia del niño Jesús, María se sumerge en un nuevo silencio y en el silencio se transforma, siguiendo el ejemplo del Verbo hecho carne, que es su hijo, su Dios, su único amor.
Y su vida pasa de silencio en silencio. Del silencio de la adoración al de la transformación.”
Esa es su condición, su voz, su vida. Su vida es una vida de silencio que adora a la Palabra eterna.
Ella veía delante de sus ojos, en su seno, en sus brazos, esa misma Palabra, la Palabra sustancial al Padre…
Se quedaba callada, reducida al silencio durante la infancia del niño Jesús, María se sumerge en un nuevo silencio y en el silencio se transforma, siguiendo el ejemplo del Verbo hecho carne, que es su hijo, su Dios, su único amor.
Y su vida pasa de silencio en silencio. Del silencio de la adoración al de la transformación.”
Virgen María Santísima, Nuestra Señora del Silencio.
Tus
silencios son tus mejores enseñanzas, son
silencios que gritan que se clavan
dentro. Enséñanos a
saber callar.
Vivimos en unos momentos en que todos quieren hablar, gritar.
Los medios de comunicación nos abruman, nos atropellan, invaden y destrozan
nuestra vida privada. Todos hablan; quieren intervenir todos; (que se oigan
nuestras voces).
Se vive en la locura que produce en el hombre un vacío
degradación social desquiciadora de
valores
imprescindibles y solidarios.
Enséñame a callar, "oh Virgen del Silencio", pues el
que
mejor habla es el que mejor calla. Enséñanos a meditar
todas las cosas en lo más profundo de nuestro
corazón,como hacías tú.
mejor habla es el que mejor calla. Enséñanos a meditar
todas las cosas en lo más profundo de nuestro
corazón,como hacías tú.
Has pasado a la historia por tus impresionantes y sobrecogedores
silencios, por tu prudencia, sobriedad y parquedad que dicen y nos enseñan
mucho más que tanta palabrería vacua y sin profundidad sin fondo, como hemos
de soportar y, forzados, atender.
Madre que sepamos hablar con el ejemplo de nuestra vida, con el gesto silencioso, que hace en cada momento simplemente lo que hay que hacer, sin alardes, sin aclamaciones, sin voceríos, pues la razón y la perfección no están en los que gritan, sino en los que cumplen silenciosamente con el deber diario, y cumplen la voluntad del Padre.
El gran acontecimiento de la historia humana, la Encarnación del Verbo, se efectuó en el más absoluto de los silencios, en un profundo sosiego del alma entroncada en Dios.
¡GRACIAS MADRE POR TU SILENCIO !
Madre que sepamos hablar con el ejemplo de nuestra vida, con el gesto silencioso, que hace en cada momento simplemente lo que hay que hacer, sin alardes, sin aclamaciones, sin voceríos, pues la razón y la perfección no están en los que gritan, sino en los que cumplen silenciosamente con el deber diario, y cumplen la voluntad del Padre.
El gran acontecimiento de la historia humana, la Encarnación del Verbo, se efectuó en el más absoluto de los silencios, en un profundo sosiego del alma entroncada en Dios.
¡GRACIAS MADRE POR TU SILENCIO !