Rezar el santo Rosario, no sólo es hacer memoria, del gozo, el dolor, la gloria, de Nazaret al Calvario. Es el fiel itinerario, de una realidad vivida, y quedará entretejida, siguiendo al Cristo gozoso, crucificado y glorioso, en el Rosario, la vida».
“¡Amen a la Virgen y háganla amar.
Reciten siempre el Rosario!”.
(San Pío de Pietrelcina)