INMENSAS GRACIAS DOY TE SEÑOR, POR SER TU HIJA,
MIEMBRO DE LA GRAN FAMILIA DE LOS HIJOS DE DIOS
QUE ES TU IGLESIA.
Temblando estaba de frío
El mayor fuego del Cielo,
Y el que hizo el tiempo mismo
Sujeto al rigor del tiempo.
Su Virgen Madre le mira,
Ya llorando, ya riendo,
Que, como es su espejo el Niño,
Hace los mismos efectos.
No lejos, el casto Esposo;
Y de los ojos atentos
Llueve al revés de las nubes
Porque llora sobre el Cielo. Amén.
(Himno Vísperas)