domingo, 15 de septiembre de 2019

SEPTIEMBRE; MES DE MARÍA...



La madre piadosa estaba 
junto a la Cruz y lloraba, 
mientras el Hijo pendía.
Cuya alma triste y llorosa,
traspasada y dolorosa, 
fiero cuchillo tenía.

Oh, cuán triste y afligida 
se vio la Madre escogida,
de tantos tormentos llena.
Cuando triste contemplaba 
y dolorosa miraba 
del Hijo amado la pena.

Y ¿cuál hombre no llorara 
si a la Madre contemplara 
de Cristo en tanto dolor?
Y ¿quién no se entristeciera,
piadosa Madre, si os viera 
sujeta a tanto rigor?

Por los pecados del mundo 
vio Jesús en tan profundo
tormento la dulce Madre;
Vió morir al Hijo amado, 
que rindió, desamparado, 
el espíritu a su Padre.

Oh Madre, fuente de amor,
hazme sentir tu dolor 
para que llore contigo.
Y que por mi Cristo amado, 
mi corazón abrasado 
más viva en él que conmigo.

Y porque a amarte me anime 
en mi corazón imprime 
las llagas que tuvo en sí.
Y de tu Hijo, Señora, 
divide conmigo ahora 
las que padeció por mí.

Hazme contigo llorar 
y de veras lastimar 
de su pena mientras vivo.
Porque acompañar deseo
en la Cruz, donde le veo 
tu corazón compasivo.

Virgen de vírgenes santas, 
llore yo con ansias tantas
que el llanto dulce me sea.
Porque tu pasión y muerte 
tenga en mi alma de suerte 
que siempre sus penas vea.

Haz que su Cruz me enamore; 
y que en ella viva y more, 
de mi fe y amor indicio.
Porque me inflame y encienda 
y contigo me defienda 
en el día del juicio.

Haz que me ampare la muerte 
de Cristo, cuando en tan fuerte 
trance vida y alma estén.
Porque cuando quede en calma 
el cuerpo, vaya mi alma 
a su eterna gloria. Amén.



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