Tus ternuras conquistan mi corazón y quedo aprisionado por tu amor, Niño celestial.
Deja que al contacto con tu fuego, mi alma
se derrita por amor, y que tu fuego me
consuma.
Me convierta en cenizas aquí a tus
pies y permanezca derretido por amor
y glorifique tu bondad.
(P. Pio)
¡¡Feliz y Santa Navidad.!!