He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres.
Sin embargo, a veces no recibe más que indiferencia e
Ingratitudes.
Señor hemos oído Tus quejas dolorosas. Tú mismo rebelaste
A Santa Margarita María, discípula de Tu Corazón, que
estas
Ingratitudes te lastiman más que los tormentos de Tu
pasión.
Tu solías decir que si los hombres correspondieran a
Tu Amor
Tendrías por nada lo que por ellos has padecido.
Señor, desde ahora queremos darte esta respuesta de
amor.
Sólo con nuestro amor de compasión y de gratitud te
podemos
Consolar. Ojala que, sirviéndote con confianza y amor,
vivamos
Aquella vida de amor e inmolación que Tu Corazón tanto
ansia.
Como María Magdalena deseaba ungir Tus pies y tu
cabeza con
Perfume de amor humilde y con una devoción ferviente.
Como la Verónica, te queremos consolar de todos los
ultrajes
Que afligen a Tu Corazón.
Como Tu Santísima Madre, como San Juan y tus fieles
amigos del
Calvario, también nosotros queremos estar cercanos a
Ti por aquellos
Discípulos que han abandonado. Haz, Señor, que con
nuestro ardor
Apostólico podamos conquistar todos los corazones.
Sea amado en
todas partes el Corazón de Jesús Santísimo. A EL,
Alabanzas y
acción de gracias, ahora y siempre.