miércoles, 20 de febrero de 2013

ORACIÓN DEL VÍA CRUCIS






El Vía Crucis o Camino de la Cruz, es una de las formas más expresivas, más sólidas y extendidas de la devoción del pueblo 
cristiano a la Pasión de Cristo.
Desde los primeros siglos los peregrinos de Jerusalén veneraban los lugares santos, especialmente el Gólgota y el Sepulcro. Según las revelaciones de Dios a Santa Brígida, luego de la muerte de Cristo, el mayor consuelo de su Madre era recorrer los lugares de aquel sagrado camino regados con la sangre de su Hijo.
 La imposibilidad de ir a Jerusalén o el deseo de recordar con frecuencia en su propia tierra los momentos de la Pasión, hizo nacer en la cristiandad diversas formas de representar aquellos lugares para ser recorridos en una especie de peregrinación espiritual.

Su ejercicio tiene indulgencia plenaria cuando se hace ante estaciones legítimamente erigidas. Aunque es costumbre laudable leer un texto y rezar determinadas oraciones, puede hacerse meditando mentalmente lo que propone cada estación.
Dice San Bernardo: “No hay cosa tan eficaz para curar las llagas de nuestra conciencia y purgar y perfeccionar nuestra alma como la frecuente y continua meditación de las llagas de Cristo y de su Pasión y Muerte”.
Le dijo Jesús Misericordioso a Santa Faustina Kowalska: "Son pocas las almas que contemplan Mi Pasión con verdadero sentimiento; a las almas que meditan devotamente Mi Pasión, les concedo el mayor número de gracias".
Estaciones del Vía Crucis:
1ª: Jesús condenado a muerte.
2ª: Jesús con la cruz a cuestas.
3ª: Jesús cae por primera vez.
4ª: Jesús encuentra a su Madre.
5ª: El Cirineo ayuda a llevar la cruz.
6ª: La Verónica enjuga el rostro del Señor.
7ª: Jesús cae por segunda vez.
8ª: Jesús consuela a las santas mujeres.
9ª: Jesús cae por tercera vez.
10ª: Jesús es despojado de sus vestiduras.
11ª: Jesús es crucificado.
12ª: Jesús muere en la cruz.
13ª: Jesús en los brazos de su Madre.
14ª: Jesús es sepultado.
Modo de rezar el Vía Crucis:
Recorrer física o mentalmente las estaciones meditando un momento en cada una de ellas. Si queremos mientras meditamos en cada estación, podemos rezar alguna oración, por ejemplo un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.


    Ahora es tiempo propicio, sobre todo los viernes.
                                            UNIDOS EN ORACIÓN. DIOS LES BENDIGA.

martes, 12 de febrero de 2013

CUARESMA: TIEMPO PROPICIO PARA LA CONVERSIÓN



 Miércoles de ceniza, comienza la cuaresma, tiempo litúrgico, de conversión,  de arrepentimiento, de cambio, de ser mejores, de acercamiento a Cristo.

Nuestro amado Jesús, nos hace una invitación, cambiar de vida. Esta vida es temporal, entonces, ¿porque no ser como Dios quiere que seamos? Nuestro Padre tiene un gran ideal, que todos sus hijos sean como Jesucristo, que seamos hombres buenos, generosos, caritativos, amorosos con todos nuestros hermanos.

Todos somos pecadores, somos fáciles de tentarnos, se nos hace difícil caminar hacia la santidad, pero debemos estar atentos, porque el pecado nos aleja de Dios. Pero el Señor nos regala este tiempo, de perdón, de reconciliación, de penitencia. Por tanto, tenemos que saber aprovechar bien estos cuarenta días, limpiando nuestro corazón, expulsando de nosotros los rencores, las envidias, es decir todo lo que se opone a nuestro amor al Dios Padre, nuestro amor al Dios Hijo, a nuestros propios hermanos.

Nuestra Iglesia nos invita a vivir una cuaresma en el amor de Jesús, orando, escuchando la Palabra de Dios y meditándola, participando activamente de cada una de las celebraciones de este tiempo.  La Iglesia nos guía en la finalidad de la Cuaresma y nos invita a participar en la preparación a la Pascua, en el camino hacia la Pascua.
Con la imposición de las cenizas, iniciamos una etapa espiritual muy especial e importante para nosotros como cristianos,   nos preparamos de la forma más digna posible para vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.

Polvo somos  y en polvo nos convertiremos, solo Dios sabe cuando. La imposición de las cenizas nos lo recuerda, principio y fin, alfa y omega, de nuestra vida, estamos de paso. Por ello, en esta cuaresma, hagamos un compromiso; ser mejores y hacer obras de alegría a los que viven en tristeza, acompañados de la amargura, demos esperanza a los que parecen desfallecer, oremos por los enfermos, ayudemos al que lo necesita. Las actitudes cristianas nos ayudarán a parecernos más a Jesús.

Nuestra conversión, nuestra penitencia,nuestra oración y nuestras buenas obras de este tiempo litúrgico, serán una hermosa adhesión a Jesucristo.

                                       ¡ El Señor les Bendiga !
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