sábado, 22 de febrero de 2014

MADRE, QUE QUIEN ME MIRE, TE VEA



                    Madre, que quien me mire, te vea.

“Para ser santa el primer paso  es la confianza, después el abandonarse en las manos de la Virgen, para que Dios haga lo que quiera".


domingo, 9 de febrero de 2014

TIEMPO



    Y si alguien te pregunta por tu salud,

 por tus cruces o tus consuelos; si alguien te

 pregunta algo de ti mismo, puedes contestarle: no

 sé, amo tanto a Jesús, que para ocuparme de eso

 no tengo tiempo.

sábado, 1 de febrero de 2014

SOR MÓNICA DE JESÚS



    Nació sor Mónica de Jesús en Monteagudo (Navarra) el 17 de mayo de 1889.
   Fue la tercera de diez hermanos. A los 19 años ingresó en el Monasterio Santa María Magdalena de Agustinas de Baeza

   Falleció santamente el 14 de junio de 1964. 

   El 8 de diciembre de 1979 se inició el Proceso de Canonización.

    El 13 de junio de 1992 Juan Pablo II aprobó el Decreto de sus Virtudes Heroicas, por lo que hoy es canónicamente Venerable.

   Una santidad sencilla... pero laboriosa.


Acerca del primer objetivo –que se cumple en las entradas dedicadas a su Vida y a sus Cartas–, cabe decir brevemente que Sor Mónica era una religiosa de velo blanco o hermana de obediencia, es decir, de las más humildes del convento; sin estudios especiales, pero con un amor a Dios tan grande que imponía respeto por su comportamiento y por el ejemplo que daba a las demás religiosas. Era sencilla, prudente, caritativa y, sobre todo, obediente. Y siempre se preocupaba de alegrar la vida de los demás.

    En la vida de Sor Mónica se presentan los fenómenos extraordinarios de los más grandes místicos. Se le aparecía Jesús muchas veces y hasta le cambiaba su divino Corazón por el suyo. Su ángel custodio, a quien llamaba el hermano mayor, era su compañero visible de casi todos los días.

Con frecuencia se le aparecían las almas del purgatorio para pedirle ayuda o para agradecerle sus oraciones. Se firmaba: Sor Mónica toda de Jesús



  Señor omnipotente, que glorificas a los humildes y abates a los soberbios, por la gloria de tu santo Nombre concédenos la gracia de ver glorificada en la tierra a tu fidelísima sierva Sor Mónica que sólo vivió para Ti y la salvación de las almas, y la gracia (petición) que con fe te pedimos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. (Padrenuestro, Avemaría y Gloria). 
 *
¡ ALABADO SEA JESUCRISTO!
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