La Virgen conservaba todas as cosas en Su corazón
(Lc.2, 51)
Toda Su historia puede sintetizarse en esas breves palabras. Heme aquí, yo soy la esclava del Señor.
Fue tan sincera en humildad porque vivió siempre olvidada, ignorada de si y en absoluto desprendimiento de Su Persona. por eso puede exclamar: El Omnipotente ha hecho en mi maravillas...
Boa tarde, querida amiga Marian!
ResponderEliminarNossa Virgem Maria intercede por nossa paz e que só façamos as coisas que guardadas estão no coração depois de rezadas e discernidas!
Tenha dias felizes e abençoados junto aos seus amados!
Bjm fraterno e carinhoso de paz e bem
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La humildad y sencillez de María es todo un símbolo, que debemos tener en cuenta al acercarnos a Dios...La humildad y la oración nos hacen más humanos y más cercanos al cielo, amiga.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño, Marian.
La Oración con el Corazón es realmente dirigir nuestros pensamientos a Dios, pensar lo que estamos expresando, amar lo que estamos diciendo....
ResponderEliminarGracias amigos, nuestra Santísima Madre nos ayude.
Si Jesús y su amado Padre viven en nuestros corazones, es conveniente disponernos a la escucha de lo que tienen que decirnos, como siempre hizo María Inmaculada, para aprender a conocerles y secundarles mejor.
ResponderEliminarUn abrazo agradecido, Marian
Heme aquí tu esclava, Madre mía! Heme aquí con tu ayuda y de tu mano, ser la esclava del Señor y poder decir un día en absoluta confianza, y en un total abandono el mismo sí, como tu María.
ResponderEliminarMuchas gracias, querida amiga y hermana. Un fuerte abrazo
Un fuerte abrazo, MARIAN.
ResponderEliminarLa humildad y la sencillez de María, llena de luz el alma, desde que era niña siempre la llamaba Madre María, y no sé que imagen de las miles que se han hecho de ellas, se puede parecer más a la realidad de como era ella. Pero en mi alma la veo siempre en una casita en Nazaret y yo llego con alegría o con el alma rota y siento que ella me acoge entre sus brazos, sé que es mi devoción y mi imaginación, pero en mí, están sus manos de terciopelo que me rozan la mejilla y secan mis lágrimas y sus ojos misericordiosos me miran, me habla sin palabras, yo la comprendo todo y me acuna junto a su corazón. Y con este pensamiento me duermo muchas noches.
ResponderEliminarAbrazos de luz, Marian.
Ángeles