Marian, que hermoso post!! Crecemos y dejamos de lado la inocencia y la ternura, pero siempre hay tiempo de volver. No debemos escandalizarnos del peso de nuestros pecados y volver a la amistad del Padre. El mas pequeño de sus hijos es el mas grande objeto del Amor de Dios.
Los pequeños se fían de sus padres y creen ciegamente en ellos. Los adultos queremos ver y tocar para poder creer Es necesario reconocer nuestras miserias y arrepentirnos de nuestros pecados,pues es así como nos vamos acercando al Señor y a su Santísima Madre. Ellos siempre perdonan y nos ayudan. Muchas gracias Marian por tu blog tan hermoso y poder compartir nuestra fe,que para mi es el tesoro mas valioso que puede tener una persona Un abrazo
Volver a esa inocencia ...todo era hermoso, la armonía de vivir en paz y quietud con saltos y juegos, con verdadera alegría tan lejos del mundo tan colmado de ruido y que se fue adentrando poco a poco en esa inocencia opacando todo ...atisbar un claro de luz de lo que de aquello queda requiere lavar el alma con Agua Viva... Abrazo Marian El Señor y la Virgen te acunen en esa inocencia del alma porque le amas en pureza
El Señor, como un padre que juguetea con su hijo, estrechará y besará a quien viene a él con un corazón de niño. Gracias, muy buena pregunta para reflexionar, muchas, gracias.
Marian, nos dejas un entrañable y bello post, amiga...Dios nos quiere espontáneos, sencillos, alegres, confiados e inocentes, como los niños...A lo largo de la vida vamos aprendiendo que, debemos cuidar a ese niño/a que llevamos dentro y acercarnos a la verdad divina, que nos espera siempre. Mi gratitud y mi abrazo siempre, amiga.
Prácticamente, en toda vida humana, la única y verdadera grandeza a los ojos de Dios consiste en hacer las cosas pequeñas con mucho amor, en renunciar por Dios a esa serie de insignificancias de que está tejida nuestra vida. Gracias.
“Y ¿dónde se consigue esta libertad? En el diálogo con Dios en la propia conciencia. Si un cristiano no sabe hablar con Dios, no sabe escuchar a Dios en su propia conciencia no es libre”. Gracias.
Qué hermosa esa imagen, sí creo que todos podemos volvernos niños, un abrazo Marian!
ResponderEliminarMarian, que hermoso post!!
ResponderEliminarCrecemos y dejamos de lado la inocencia y la ternura, pero siempre hay tiempo de volver. No debemos escandalizarnos del peso de nuestros pecados y volver a la amistad del Padre.
El mas pequeño de sus hijos es el mas grande objeto del Amor de Dios.
:)
¡Que alegría Leonardo, siempre que vienes.¡Gracias!
ResponderEliminarLa inocencia se recupera, en la medida que nos acercamos
al Señor y a nuestra Madre, que tú tanto amas.Es así, yo
al menos lo siento en mi vida.
No, no importa nuestros pecados, lo que importa, es el arrepentimiento,
levantarnos y continuar.¡Mucho ánimo testigo de Jesús y María.
Un abrazo grande. Ellos te bendigan.
Hermosa imagen.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Precioso Marian!
ResponderEliminarHay que ser más pequeños que los pequeños...
Un fuerte abrazo!
Marian, ya te lo he dicho, pero lo reiteró, HERMOSO POST!!! La imagen, todo, todo!! No cabe duda de que estás en conexión con el AMOR. Reza por mi!!
ResponderEliminar♥♥♥
Los pequeños se fían de sus padres y creen ciegamente en ellos. Los adultos queremos ver y tocar para poder creer
ResponderEliminarEs necesario reconocer nuestras miserias y arrepentirnos de nuestros pecados,pues es así como nos vamos acercando al Señor y a su Santísima Madre.
Ellos siempre perdonan y nos ayudan.
Muchas gracias Marian por tu blog tan hermoso y poder compartir nuestra fe,que para mi es el tesoro mas valioso que puede tener una persona
Un abrazo
Volver a esa inocencia ...todo era hermoso, la armonía de vivir en paz y quietud con saltos y juegos, con verdadera alegría tan lejos del mundo tan colmado de ruido y que se fue adentrando poco a poco en esa inocencia opacando todo ...atisbar un claro de luz de lo que de aquello queda requiere lavar el alma con Agua Viva...
ResponderEliminarAbrazo Marian
El Señor y la Virgen te acunen en esa inocencia del alma porque le amas en pureza
Boa noite, querida Marian!
ResponderEliminarOs pequeninos nos ensinam muito sobretudo no quesito perdão...
Bjm muito fraterno
El Señor, como un padre que juguetea con su hijo, estrechará y besará a quien viene a él con un corazón de niño. Gracias, muy buena pregunta para reflexionar, muchas, gracias.
ResponderEliminarMuchas, gracias, por sus palabras.
ResponderEliminarMarian, nos dejas un entrañable y bello post, amiga...Dios nos quiere espontáneos, sencillos, alegres, confiados e inocentes, como los niños...A lo largo de la vida vamos aprendiendo que, debemos cuidar a ese niño/a que llevamos dentro y acercarnos a la verdad divina, que nos espera siempre.
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo siempre, amiga.
Prácticamente, en toda vida humana, la única y verdadera grandeza a los ojos de Dios consiste en hacer las cosas pequeñas con mucho amor, en renunciar por Dios a esa serie de insignificancias de que está tejida nuestra vida. Gracias.
ResponderEliminar“Y ¿dónde se consigue esta libertad? En el diálogo con Dios en la propia conciencia. Si un cristiano no sabe hablar con Dios, no sabe escuchar a Dios en su propia conciencia no es libre”. Gracias.
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